miércoles, 13 de mayo de 2009

RITOS Y FIESTAS JUDIAS

1 . RITOS Y FIESTASPara los judíos, toda la vida es un continuo acto de adoración divina. “Tener a Dios siempre delante de mí” (Sal. 16,8). Este verso que está inscrito en el frontis de muchas sinagogas, muestra muy bien la piedad judía.
1.1 Rezos y servicios religiosos
Por tradición, los judíos rezan tres veces al día: por la mañana (shaharit), por la tarde (minjá) y al anochecer (maariv). Se cree que estos tres momentos de oración corresponden a los tiempos en que los sacrificios se ofrecían en el templo de Jerusalén. Tanto así, como de otras maneras, el judaísmo rabínico aún conserva la estructura del ya abandonado culto en el templo. Las congregaciones mínimas (minyán) para rezar están formadas por grupos de diez hombres.
El único elemento que se requiere para todos los servicios religiosos judíos es el de una serie de bendiciones llamadas Tefillá (rezo); también recibe el nombre de Amidá, o rezo de pie, porque se recita en esa posición, y el Shemoné Esré, que recibe este nombre porque originalmente estaba compuesto por dieciocho bendiciones. Hoy en día, los rezos que se realizan durante los días de semana se componen de diecinueve bendiciones, dentro de las que se incluyen trece peticiones por el bienestar y por la restauración mesiánica. Durante cada shabat y en las distintas festividades, estas peticiones se reemplazan por rezos especiales que corresponden a esas fiestas. La segunda oración en importancia es el Shemá que se reza por la mañana y al atardecer. Todos los servicios religiosos concluyen con dos rezos mesiánicos: el primero se llama Alenu; el segundo es una doxología aramea llamada Kadish. Como señal de devoción a Dios, durante los rezos matinales de los días ordinarios de la semana, los judíos adultos observantes llevan un chal de oración con flecos llamado talit (los flecos se llaman tsitsit) y unas filacterias (cajas de oración llamadas tefilín). Ambas costumbres provienen de ciertos pasajes de las escrituras que se recitan y que corresponden a la Shemá. Como tercera costumbre, ponen una mezuzá (caja de rezo) en la entrada de la casa, como una manera de recordar que Dios está en todas partes. Como señal de respeto hacia Dios, se cubren la cabeza para rezar, ya sea con un sombrero o con un casquete (kipá; en yidish, yarmulke). Los judíos más piadosos siempre llevan la cabeza cubierta, aceptando así la constante presencia de Dios.
1.2 Torá
Para el judaísmo rabínico, el estudio de la Torá, que es la voluntad revelada de Dios, también es considerado como un acto de adoración. Todos los días durante los servicios religiosos de las mañanas, se recitan pasajes de las Escrituras, la Mishná y el Talmud. Los lunes y los jueves por la mañana, se saca de un arca, que está en la parte frontal de la sinagoga, un rollo que contiene la Torá, escrito a mano.
Luego se procede a su lectura cantada frente a la congregación de los fieles. La lectura litúrgica de la Torá más importante es la que se realiza durante el shabat y en las mañanas de otras festividades. A lo largo del año, durante los sábados, se terminará leyendo toda la Torá. El ciclo anual comienza nuevamente cada otoño, con una celebración llamada Simjat Torá (‘regocijaos con la ley’), que concluye al final de la fiesta del Sukot. La lectura que se realiza de la Torá durante las fiestas versa sobre distintos temas y observancias, dependiendo del día que se realice.
La lectura de la Torá durante los sábados y las fiestas es acompañada de la lectura de escritos de los profetas relacionados con los mismos temas (Haftará, que significa conclusión). Por eso, la lectura en público de las Escrituras es una parte fundamental del culto religioso en la sinagoga. De hecho, en un principio, esta parece haber sido la función más importante de la sinagoga como institución religiosa.
1.3 Bendiciones
Además de las oraciones a lo largo del día, los judíos recitan numerosas bendiciones, siempre antes de algunos actos importantes y antes de disfrutar de las bondades de la naturaleza. Para los judíos, la tierra pertenece a Dios. Los seres humanos simplemente son agricultores o jardineros arrendatarios de esta tierra. Por lo tanto, los arrendatarios no deben olvidar que parte de los frutos le corresponden al dueño.
1.4 Leyes sobre la alimentación
Las leyes relacionadas con la alimentación de los judíos están también vinculadas al culto del Templo. Hacen una analogía entre la mesa de la casa de cada persona y la mesa del Señor. Los judíos no comen la carne de ciertos animales considerados impuros (Dt. 14,3-21). Dentro de esta categoría están los cerdos y los peces que no tienen aletas o escamas. Los animales comestibles, aquellos con pezuñas hendidas y rumiantes, deben ser sacrificados de forma apropiada (kasher), y se les debe sacar toda la sangre antes de ser ingeridos. No se puede tomar simultáneamente carne y leche.
1.5 El shabat
El calendario litúrgico judío sigue manteniendo la misma división del tiempo que se hace en la Torá, y que se observaba en el culto del templo. Cada siete días se celebra el shabat, día en el que no se realiza ningún trabajo. Este es un acto simbólico de abstención, por el que los judíos devuelven el mundo a su dueño, es decir, a Dios, reconociendo que todo lo que el hombre consigue con su trabajo es solo producto de la bondad divina. Durante el shabat, lo único que se hace es rezar, estudiar, descansar y estar en compañía de la familia. Durante ese día y durante las fiestas, se recita en las sinagogas un servicio religioso adicional, el musaf, que se corresponde con el sacrificio que se ofrecía en el Templo en dichas ocasiones.
1.6 Las fiestasDentro del año judío existen cinco grandes fiestas y dos de menor importancia. En un principio, tres de las mayores tenían su origen en la agricultura y se relacionaban directamente con las estaciones del año en Israel. La fiesta de la primavera o Pésaj (Pascua), marcaba el inicio de la cosecha de la cebada, y cincuenta días más tarde, el Shavuot (‘semanas’ o Pentecostés) marcaba su término. Durante el Sukot (‘tabernáculo’) se celebra la cosecha de otoño, fiesta que va precedida por un periodo de diez días de purificación de toda la comunidad. Desde épocas muy antiguas, se han asociado estas fiestas con acontecimientos importantes de la historia de Israel. La Pascua conmemora el éxodo desde Egipto. Shavuot se relaciona con el momento en que Dios, en el monte Sinaí, entregó la Torá al pueblo de Israel. Esta fiesta está marcada por la solemne lectura de los Diez Mandamientos en la sinagoga.
Sukot aún es observado como una fiesta de la cosecha; se instalan cabañas en los campos (o en las casas) y los judíos comen en ellas durante los siete días que dura la fiesta; esta práctica simboliza las tiendas en las que los israelitas moraron durante su viaje a la Tierra Prometida. El periodo de los diez días de penitencia que preceden a Sukot se inicia con la celebración del año nuevo, el Rosh Hashaná, y termina con el Yom Kipur, el Día de la Expiación. De acuerdo con la tradición, el mundo es juzgado cada año nuevo y el fallo se da por cerrado el Día de la Expiación. El día de año nuevo se hace sonar un cuerno de carnero (shofar) para invitar a la gente al arrepentimiento. El Día de la Expiación es el día más sagrado dentro del calendario judío, y transcurre en medio de ayunos, rezos y confesión de las culpas. Su liturgia comienza con la entonación del Kol Nidré, incluyendo, además, un recuerdo a los ritos que se realizaban en el Templo (avodá).
El origen de las dos fiestas menores, Januká y Purim, es más tardío que el de las cinco fiestas del Pentateuco antes mencionadas. La Januká (‘consagración’) conmemora el triunfo de los Macabeos sobre el rey sirio Antíoco IV Epífanes en el 165 a.C. y la consiguiente construcción del segundo templo. La fiesta de Purim (‘porciones’, ‘suertes’) recuerda la historia de la salvación de los judíos persas por Ester y por Mardoqueo (véase Ester). Se celebra un mes antes de Pascua y se caracteriza porque en la sinagoga se lee el festivo rollo de Ester (meguilá). El año litúrgico termina con cuatro días de ayuno en memoria del asedio y la posterior destrucción de los dos templos, en los años 586 a.C. y 70 d.C. De estos, el más importante es el de Tishá be Av (noveno día del mes Av), día en el que los dos templos fueron destruidos.

1.7 Ocasiones especiales
La comunidad judía también mantiene la observancia de los acontecimientos más significativos dentro del ciclo de la vida. A los ocho días de haber nacido, los niños varones son iniciados públicamente en la asamblea de Abraham por medio de la circuncisión (berit milá). Los niños llegan a la madurez legal a los 13 años de edad, cuando asumen la responsabilidad de mantener la observancia de los mandamientos (Bar Mitsvá) y son llamados por primera vez para que lean la Torá en la sinagoga. Las niñas alcanzan la madurez a los 12 años y, en las sinagogas modernas liberales, también leen la Torá (Bat Mitsvá). Durante el siglo XIX, el movimiento modernista reformado instituyó la práctica de la confirmación para los jóvenes, hombres y mujeres. La ceremonia se realiza durante Shavuot, e implica la aceptación de la fe revelada en el Sinaí. El siguiente hito de importancia en la vida de los judíos es el matrimonio (kidushín, ‘santificación’). Incluso en los momentos de mayor alegría en sus vidas, los judíos recuerdan los sufrimientos de su pueblo. Por eso, dentro de las siete bendiciones del matrimonio se incluyen rezos de peticiones por la reconstrucción de Jerusalén y por el regreso de los judíos a Sión. Durante los entierros judíos, la petición por la resurrección del muerto está incluida dentro de un rezo en el que se pide por la redención de todo el pueblo judío. Los hombres judíos más piadosos son enterrados con su talit.

BIBLIOGRAFIA: Historia y Cultura de las Religiones. ANAYA. 2008

1 comentario:

valoryazaccagnino dijo...

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