domingo, 20 de septiembre de 2009

¿QUIÉN ES JESÚS ?

PUESTA EN COMÚN
Vamos a hablar de lo que hemos descubierto en nuestro repaso de las opiniones sobre Jesús que aparecen en el evangelio de Marcos. Son -bastantes y variadas, pero no todas son acertadas; no todas expresan de verdad quién es Jesús. La clave para distinguir unas de otras está en cómo las recibe el mismo Jesús. Cuando manda callar o prohíbe hablar de él es que lo que dicen sobre él (o lo que quie­ren decir) no es correcto o no responde a su verdadera identi­dad. Las preguntas a las que vamos a responder son: ¿qué dice cada uno de los personajes sobre Jesús? ¿Cómo lo recibe él, lo acepta o lo rechaza?
LECTURA DE MC 8,27-30
>• Ambientación
En la puesta en común hemos visto lo que diversos persona­jes de su tiempo dijeron sobre Jesús. Desde entonces hasta hoy muchos hombres y mujeres, creyentes y no creyentes, han inten­tado descubrir quién es Jesús. Unos le han visto como un maes­tro de sabiduría, otros como un visionario, otros como un liber­tador, muchos como el Hijo de Dios... Al comenzar juntos este camino, en el que deseamos conocerle mejor, también nosotros vamos a intentar aclararnos sobre quién es para nosotros Jesús.
>• Mirarnos nuestra vida
Primero vamos a mirar a nuestro alrededor intentando ver qué dice la gente hoy sobre Jesús. Algunos lo dicen de palabra; otros con su vida. Quien va a la iglesia a poner una vela ante una imagen de Jesús sólo cuando está en dificultades, dice así quién es Jesús para él o ella; y lo mismo hace quien deja todo para ponerse al servicio de los demás, imitando el ejemplo de Jesús.
Pensamos un momento y después compartimos con los demás: ¿Qué dice la gente hoy sobre Jesús de Nazaret?
> Escuchamos la Palabra de Dios
1. Con un momento de silencio preparamos nuestro corazón para acoger lo que Dios quiere decirnos hoy a través de su Palabra.
2. Proclamación de Mc 8,27-30
3. Cada uno vuelve a leer el pasaje consultando las notas.
4. Después, entre todos, tratamos de responder a estas pre­guntas:
- ¿Qué opinaba la gente de su tiempo sobre Jesús?
- Los discípulos tienen otra opinión. ¿A qué puede deberse?
- ¿Cómo reacciona Jesús ante la respuesta de Pedro?
> Volvemos sobre nuestra vida
Jesús sigue haciéndonos a nosotros las mismas preguntas. Después de escuchar lo que otros dicen hoy de él y lo que dije­ron entonces sus discípulos, el Señor nos pregunta a cada uno de nosotros:
Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?
Es muy importante que seamos sinceros al responder, pues este será el punto de partida del camino que vamos a hacer jun­tos detrás de Jesús. Cuanto más sinceros seamos los unos con los otros, más nos podremos ayudar a descubrir quién es Jesús.
> Reflexionamos:
Estamos comenzando juntos un camino: queremos descubrir quién es Jesús. Vamos a reflexionar para que sea él mismo quien nos conceda lo que necesitamos para este camino: sinceridad para compartir, capacidad de acoger a los demás, deseos de conocer­le... Cada uno puede hacerlo con sus propias palabras.
1. Comenzamos leyendo de nuevo Mc 8,27-30.
2. Oración personal.
3. Oración en común.
PARA PROFUNDIZAR
¿Quién es Jesús?
En el evangelio de Marcos se dan diversas respuestas a esta pregunta, pero no todas tienen el mismo valor. A través de las reacciones de Jesús a lo que los diversos personajes dicen sobre él, el evangelista invita a sus lectores a que revisen sus propias opiniones sobre Jesús, porque seguramente la visión que tienen sobre él no sea del todo acertada, como no lo era la de sus pro­pios discípulos y la de la gente que le conoció. Marcos nos invita a acercarnos a Jesús con una actitud de búsqueda, y nos va dando pistas para ello.
Mesías e Hijo de Dios
En el primer versículo del evangelio nos dice que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios (Mc 1,1), pero el verdadero sentido de estas dos afirmaciones sólo pueden comprenderlas bien quienes lo acompañen a lo largo de todo el relato. Al terminar la primera parte de su evangelio, Pedro afirma en nombre de los discípulos que Jesús es el Mesías, el Ungido de Dios enviado para salvar a su pueblo (Mc 8,29). Pero esta afirmación puede ser entendida mal; es necesario seguir a Jesús hasta la cruz para comprender en qué sentido es el Mesías. Allí un centurión pagano reconoce finalmente que Jesús es el Hijo de Dios (Mc 15,39).
Jesús manda callar
Uno de los detalles más llamativos del evangelio de Marcos es que Jesús manda callar con frecuencia a quienes afirman algo sobre él. Manda callar a los demonios, que lo conocen y saben que es el Santo de Dios (Mc 1,34; 3,12). A los que cura de sus enfermedades, les ordena que no se lo digan a nadie (Mc 1,44; 5,43; 7,36). Incluso a sus discípulos, que son quienes mejor lo conocen, les manda que no hablen a nadie sobre él (Mc 8,30; 9,8).
Tanto los demonios, como los curados y los discípulos dicen cosas positivas sobre Jesús. ¿Por qué, entonces, les manda callar? ¿No será tal vez porque aún no han descubierto la verda­dera identidad de Jesús? Es verdad que Jesús es el Santo de Dios y el Mesías, pero no en el sentido triunfalista que ellos dan a estos títulos. Los discípulos no aceptan. Ellos preferían a un Mesías triunfante y milagrero. Jesús se lo recrimina y les pide que le sigan.
Para entender por qué Jesús manda callar es importante caer en la cuenta de que sólo lo hace en la primera parte del evangelio (Mc 1,14 - 8,30), donde aparece más el lado glorioso y triunfal de su ministerio. Esta primera parte termina con la afir­mación de Pedro: "tú eres el Mesías". Sin embargo, Jesús les pide a sus discípulos que no hablen sobre él (Mc 8,30), porque aún no lo conocen bien.
Jesús instruye a sus discípulos
En la segunda parte del evangelio (Mc 8,31 - 16,8) Jesús les explica que su camino (el de Jesús y el de ellos) pasa por la cruz. Esta es la otra cara de la moneda, sin la cual es imposible descubrir quien es Jesús. Sin embargo, a los discípulos les cuesta mucho aceptar que Jesús tenga que morir y que ellos tengan que seguirle por el camino del olvido de sí mismos, del servicio, de la entrega. Por eso Jesús tiene que dedicarse a ellos y explicarles el sentido que tiene su entrega. A pesar de todo, cuando llega el momento decisivo, todos ellos, incluso Pedro, le abandonan.
Hacia el final de esta segunda parte hay dos momentos en los que se revela la verdadera identidad de Jesús. El primero cuando Jesús reconoce ante el Sumo Sacerdote que él es el Mesías, el Hijo del Bendito (Mc 14,61-62); el otro cuando un centurión pagano, al ver morir a Jesús afirma: "Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios" (Mc 15,39). En ambos casos esta identidad de Jesús aparece relacionada con su muerte. Es aquí es donde se manifiesta la verdadera identidad de Jesús, como hijo obediente a la voluntad de Dios, que nos ha amado hasta entregar a su Hijo por nosotros.

Para preparar nuestro próximo encuentro vamos a leer la pri­mera sección del evangelio de Marcos: MC 1,14 - 3,6 ELABORAR UN DIBUJO DE ESTE PASAJE BIBLICO:
Bibliografía: El autentico rostro de Jesús. Guía para una lectura comunitaria del evangelio de san Marcos. Ed. Verbo Divino. 1997.
Descalso Martin José Luís, Vida y misterio de Jesús de Nazaret, Ed. Sígueme
Cadavid Álvaro, Curso de Actualización Teológica Universidad Pontificia Bolivariana (Medellín)

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